Carta de cascanueces
!Hola Queridos Amigos¡
Les quiero hablar de algo que solo mi esposa Manitas y yo sabemos.
Antier en la tarde me acerqué a ella y le dije: "Oye, hay algo que me trae intranquilo. Quiero
platicar
contigo."
Ella me sirvió una taza de té de bellotas calientito y nos sentamos a la mesa del comedor a
platicar.
—Platícame, dijo ella, viéndome a los ojos.
Yo — ¿Recuerdas que hace como treinta años decidí cerrar mi Bosque el 25 de diciembre porque ya se
habían agotado los árboles más bonitos?
Manitas - Sí, me acuerdo bien.
Yo - También seguro recuerdas que durante la pandemia de COVID decidí no cerrar mi Bosque a pesar de
que
sabía que no se debían cortar más árboles porque entonces no habría muchos para los años
siguientes.
Manitas- Sí, decidiste eso porque nuestros amigos humanos estaban muy desesperados, encerrados en
sus
casas. Aquí el aire siempre es puro —sin COVID— y la sana distancia era de un kilómetro y medio, no
sólo
de metro y medio. Esa decisión tuya fue muy buena porque en tu Bosque los Árboles de Navidad no
mueren,
retoñan y siguen creciendo —pero los
humanos no retoñan. Estoy segura de que salvaste un montón de vidas de nuestros amigos humanos.
¿Pero
por qué estás pensando en eso, mi amorcito?
Yo — me preocupa porque, como tú sabes, los árboles tardan ocho años en crecer, y si bien tengo
muchos
árboles hermosos para cortar este año aquí en mi plantación de Amecameca, no estoy seguro de que
alcancen para todos mis amigos que vendrán a cortar el suyo para esta Navidad. Me preocupa y me
duele
que alguno de ellos se enoje conmigo. Es cierto que cada mañana traeré muchos
árboles preciosos de mi otra plantación en la Sierra de Puebla, así mis amigos no se irán sin su
árbol
pachón y fresco, pero sí me preocupa que ...
Ella me miró con ojos de ternura y me dijo ... "A ver, mi adorada ardilla de Bosque ... yo creo que
estás cometiendo un error al pensar que tus amigos humanos son tontos, fríos o insensibles. Ellos
saben
lo que hiciste durante la pandemia para que pudieran salir de estar encerrados en sus casitas y
venir a
tu hermoso bosque. También saben que a diario madrugas para asegurar que los árboles estén siendo
cuidados, podados, abonados y regados con mucha agua para que pronto tengas muchos árboles aquí en
tu
plantación de Amecameca. También saben que durante la temporada navideña vas a madrugar cada mañana
para
traer árboles frescos desde tu plantación de Puebla, para que ellos sigan teniendo una Navidad con
árboles frescos, hermosos, naturales ... no uno de plástico.
Se me salieron las lágrimas.
Cierto, para variar, ella tenía razón ... mis amigos humanos son lindas personas. Por eso vienen a
mi
bosque a disfrutar de la naturaleza y de su familia.
Y luego me dijo esto: "Mi guapo, toma en cuenta que tú no puedes estirar los árboles como si fueran
resortes para que crezcan más rápido. Eso depende sólo de la Madre Naturaleza y tú no eres la Madre
Naturaleza. Eres mi adorable ardilla de bosque, pero no puedes hacer milagros".
Yo le di un traguito a mi té de bellotas y, sonriendo, le dije ... "El mejor día de mi vida fue
cuando
te
conocí en la rama de un pino alto."
Ella me abrazó y nos quedamos abrazados un ratito. Desde entonces ya puedo dormir tranquilo.
¡De verdad que soy un suertudo!